jueves, 30 de agosto de 2012

ESQUEMAS MENTALES y SOCIALES





Una de las más atroces formas de control de la libertad del ser humano, ha sido la creación de esquemas y parámetros  mentales y sociales. La sociedad se rige por unas normas y conceptos establecidos; estas normas y conceptos son implantados en el individuo en el momento de su nacimiento. Los clichés quedan grabados a sangre y fuego en la mente de la persona. Estos parámetros hacen del ser humano esclavo, sin quererlo, de una sociedad injusta y desposeída de “libre albedrio”. Cruzar la línea roja que separa lo establecido de lo no establecido, conlleva serios problemas a la persona que lo practica, entrando en el submundo de los tabúes. 
La ingeniería social que estigmatiza al individuo que cruza la línea roja, está calculada perfectamente por quienes nos dominan. Una vez que la sociedad ha sido implantada dentro del reglamento establecido, es la misma sociedad la que rechaza a todo aquel que no lleva el mismo camino que el rebaño, por eso algunas personas se crean un mecanismo de defensa, el autoengaño, que es más atroz todavía, la persona no quiere reconocer una forma de ser o actuar que aflora desde su interior, y lucha consigo mismo para bloquear el verdadero sentimiento.  El desbloqueo es reprimido por el sentimiento de culpabilidad, también implantado, o el “qué dirán”, esto hace que la persona actúe desarrollando una personalidad ficticia; por ejemplo: en una sociedad católica donde todos sus miembros van a misa los domingos, si uno de ellos no asiste, es censurado por el resto e incluso apartado de dicha sociedad (oveja negra), lo que hace que los demás aunque no sientan absolutamente nada por ir a misa, acudan y finjan su devoción. Si lo establecido es casarse por la Iglesia, el que no lo hace es criticado y marginado. Y no hablemos en los temas sexuales, si el parámetro es la heterosexualidad,  los homosexuales o lesbianas son excluidos y degradados, por eso mucha gente se autoengaña para no ser estigmatizada y criminalizada. Luego están incluso las formas de vestir o el modo de convivencia, donde también se implantan normas a seguir,  las modas son otra forma de llevar al individuo por el camino marcado. Luego están comportamientos “bien vistos” y “mal vistos” dentro de la sociedad machista imperante; una mujer es infiel al marido y es “una puta”, pero si el marido hace lo propio, no pasa nada, es un “machote”, si el marido llega todas las noches borracho a casa y pega a la mujer, no pasa nada, pero si es al revés, la mujer es una alcohólica y el marido un calzonazos. En fin, son clichés y chips que han implantado en la sociedad servil y esclavizada en la que vivimos.
Y ¿cómo se sale de lo establecido?, lo primero es ser sincero con uno mismo y afrontar lo que eres realmente, un esclavo. Dejarse de milongas como el “libre albedrío” que no existe, al estar sujeto a una sociedad basada en la represión, el fraude y la mentira. Analizarte y observarte a ti mismo sacando a flote tus sentimientos verdaderos, no te autoengañes. Tratar de hablar y dialogar con gente próxima  a ti y exponerla tus inquietudes, eso sí, debes seleccionar con quien hablas y de que hablas, hay personas que pueden estar haciendo de “falso amigo” y luego te traicionan. Permanecer firme en tu postura, siempre escuchando los consejos que te puedan dar y analizar si son buenos para ti u ocultan dobles intenciones, hay que exigir al amigo lealtad y comprensión, tú le ayudas a él y él te ayuda a ti. No dejarse arrastrar por el pesimismo cuando las cosas no salen como queremos, firmeza. Desoír a los charlatanes y desinformadores que pululan a cientos por ahí e intentar neutralizarles. Ignorar las consignas que lanzan continuamente los medios de comunicación, son más metralla para tu mente.
En definitiva, ser uno mismo, pero sin tabúes ni programas imbuidos , no finjas lo que no eres, se menos egoísta, los demás también necesitan de ti, aprecia y quiere al buen amigo y desecha al impostor que trata de confundirte con falsos halagos y mentiras, y sobre todo lucha para que cada vez más gente abra los ojos a la verdad de lo que sucede, para eso se necesita menos individualismo, menos introversión, más colaboración, más cariño hacia la gente válida, y sobre todo respeto hacia los que no piensan igual que tú, desde el respeto se puede convencer a la persona para que despierte de esta larga noche que nos invade.
Espero que este artículo sea de utilidad para el que lo quiera entender, no es fácil romper los esquemas, pero se puede intentar, y si se desea, se logrará.

Félix A. García